
En este año que empieza, La Nena celebrará su décimo aniversario. Quizás os sorprenda porque, como explica su propietario, Pep Canameras, los vecinos del barrio ya consideran esta chocolatería como un local histórico de Gràcia. O quizás lo que os sorprende es que hace diez años ya existía un establecimiento dónde tomar, además de chocolate y repostería casera de fabricación propia, zumos de frutas ecológicos, cervezas bio, leches vegetales, muesli y bocadillos vegetarianos.
Pep Canameras, francés hijo de padres catalanes, se considera parisiense y barcelonés a partes iguales pues ya hace veinticinco años que vino a Barcelona a encargarse del entonces nuevo Restaurante Biocenter. Dedicado desde siempre a la hostelería vegetariana, a la hora de buscar un local para abrir su propio establecimiento (junto con su familia) encontró una antigua granja en traspaso en el barrio de Gràcia. La licencia de negocio, supuso una limitación pues no podían servir menús, ni alcohol tal como proclama un enorme cartel pero también una especialización que ha marcado el carácter de La Nena.
Sin duda el chocolate es la rey del local, hecho con leche fresca natural y cacao Solé, “el mejor cacao de Cataluña y de España”, asegura Pep. Los melindros, el bizcocho, las magdalenas y las galletas con que podéis acompañarlo se cocinan de forma artesanal en La Nena. Si queréis un tentempié salado encontraréis bocadillos, tostadas y quiches con ingredientes vegetales (la única concesión es el jamón dulce).También podéis tomar un café ecológico solo o con leche bio de avena, arroz o soja . Destacan los zumos naturales de frutas ecológicas si son de temporada. “Ahora, por ejemplo, tenemos naranjas ecológicas para hacer zumo. Intento contar con ingredientes ecológicos dentro de lo posible, para no encarecer demasiado los precios” explica Canameras. Los precios son similares a otras cafeterías: las magdelenas de piñones y cuestan 1,80 € el zumo 3,50€ y el chocolate 2,50 €.“El cacao no es ecológico porque no existe un buen cacao ecológico para hostelería. Chocolates Solé ha sacado uno pero es para uso doméstico, no va bastante bien para hacer grandes cantidades”, me comenta el propietario.
Cómo dice Pep Canameras, La Nena también fue pionera en disponer de juguetes para los niños: una buena selección de puzzles, cuentos, muñecos y una pizarra con tizas de colores. De hecho todo el local es un homenaje al país de la infancia con fotos de niños en blanco y negro, coches, caballos de cartón y otros juguetes antiguos como decoración y sillas de madera pintadas de colores en el salón interior. Todo ello hace que La Nena sea uno de los bares preferidos de las familias, sobre todo a la hora de merendar. Aun así, por la mañana o a última hora de la tarde (cierran a las 22.00) podréis tomar un café tranquilo, hojeando el periódico del día o algún libro de fotografía o cocina de los que hay en los estantes o incluso hacer una partidita de Backgammon.